Caso Yanina Romero.
Como evento natural,
el embarazo debería estar libre de complicaciones y, por lo tanto, de muerte.
Los fallecimientos asociados a la gestación, parto, puerperio y sus procesos de
atención se consideran, en su mayoría, evitables con los recursos de la medicina actual.
Sin embargo, cada año fallecen poco más de medio millón de
mujeres en todo el mundo por complicaciones obstétricas: la enfermedad
hipertensiva asociada al embarazo (16.1%), la tromboembolia pulmonar (TEP)
(14.9%) y la hemorragia obstétrica (13.4%).
La incidencia para
TEP en mujeres embarazadas comparadas con las que no lo están es de cuatro a
cinco veces mayor (0.76 a 1.72/1,000 embarazos) y es mucho más frecuente
durante el puerperio (60% de los casos) y es generalmente consecuencia de una
Trombosis Venosa Profunda.
La TVP es más frecuente durante el embarazo (distribución similar durante los 3 trimestres) mientras que el TEP es más frecuente durante el puerperio (60% de los casos); aproximadamente el 80% de los eventos tromboembólicos se producen en las 3 semanas posteriores al parto.
Es por lo general silente, razón por la que el médico debe estar atento y considerarla
dentro del riesgo, basándose en:
|
La
enfermedad tromboembólica es básicamente silente y pasa inadvertida, es de
diagnóstico tardío si no se piensa en ella y se la busca tratando de
identificar factores de riesgo y hacer diagnóstico precoz durante los controles
programados.
Cuando el cuadro clínico de Tromboembolismo Pulmonar es florido y muy claro por lo general es difícil de resolver a pesar de todas las acciones médicas que se desarrollen en ese momento.
Cuando el cuadro clínico de Tromboembolismo Pulmonar es florido y muy claro por lo general es difícil de resolver a pesar de todas las acciones médicas que se desarrollen en ese momento.
Es muy correcta la afirmación que los familiares responsabilizan en primera instancia a los médicos que no pudieron recuperar a Yani, a la Dra. Perdec como al jefe de terapia intensiva, Dr Doglia que cumplieron con los protocolos de reanimación al igual que su equipo auxiliar. Fracasaron simplemente porque no tenían casi probabilidades de éxito.
También es acertado afirmar que en las
maniobras de reanimación no existió mala praxis, pero no se la puede descartar
durante los controles de embarazo y primeras semanas del puerperio.
Busquemos la cronología de lo ocurrido con la paciente el último
día de su vida, según manifestaciones de una testigo, vecina de la madre de
Yanina:
“Vuelve a la guardia, le dan un calmante y la mandan a la casa de nuevo. Al persistir el dolor, decide ir al ginecólogo y éste le dice que tiene que ver a un flebólogo por várices. Le ponen un calmante y la mandan una vez la casa”, “Se sienta con la mamá y le dice que no puede respirar del dolor (torácico, sugestivo de TEP en curso). Después de cuatro horas de esperar la ambulancia, llamaron a un remise y ella muere en el hospital de un paro cardiorrespiratorio”.
“Vuelve a la guardia, le dan un calmante y la mandan a la casa de nuevo. Al persistir el dolor, decide ir al ginecólogo y éste le dice que tiene que ver a un flebólogo por várices. Le ponen un calmante y la mandan una vez la casa”, “Se sienta con la mamá y le dice que no puede respirar del dolor (torácico, sugestivo de TEP en curso). Después de cuatro horas de esperar la ambulancia, llamaron a un remise y ella muere en el hospital de un paro cardiorrespiratorio”.
A Yanina le habían dado turno de consulta con el flebólogo para el 03/06/2019,
6 días después de su fallecimiento.
¿Podemos concluir “ausencia de mala praxis”?
En ausencia de las pericias de la autopsia, guiándonos sólo
por las declaraciones de una testigo, María Amarilla, que aportó la cronología
de los últimos días de vida de Yanina Romero y las del Dr. Ariel Albert, Director del Centro Municipal de Diagnóstico
por Imágenes sólo podemos presumir (ante el diagnóstico presuntivo de
Trombo-Embolismo-Pulmonar) que:
ü
Muy baja probabilidad de mala praxis médica
durante las maniobras de reanimación de Yanina Romero, del día 29/05/2019.
ü
No puede
asegurarse lo mismo durante los controles de embarazo y puerperio porque no hay
constancias de haberse investigado adecuadamente la existencia de factores
predisponentes de enfermedad Tromboembólica aunque, ante la mala evolución de
la puérpera, se le indicó interconsulta con flebólogo. No nos queda claro si la
indicación es médica o de un personal auxiliar; si la indicación es de origen
profesional resulta llamativo que no se le de un turno de extrema urgencia como
el cuadro clínico ameritaba. La historia clínica y las fichas de control podrán
resolver esto interrogantes.
DEC
somoslacosta.com
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