Las expectativas
de un ciudadano con sentido común.
El ciudadano debería mirar el tratado de Libre Comercio con Europa simplemente
como un desafío para abandonar la miseria, el hambre y la pobreza en un período
no menor a 20 años de esfuerzo y sacrificio.
En los últimos años fuimos sometidos a un proceso de pauperización, de enorme déficit fiscal en el que los gastos sociales, muy necesarios, fueron compensados parcialmente por el incremento impositivo; el resto se lo consiguió con un proceso inflacionario.
En los últimos años fuimos sometidos a un proceso de pauperización, de enorme déficit fiscal en el que los gastos sociales, muy necesarios, fueron compensados parcialmente por el incremento impositivo; el resto se lo consiguió con un proceso inflacionario.
Así iniciamos un ciclo de degradación productiva y la estimulación para el trabajo en negro que incrementó aún más el déficit fiscal.
El Estado, al percibir el deterioro progresivo, inició una política de protección de la industria nacional, las que sin invertir mantenían su actividad a expensas de retrasarse en la modernización de los procesos productivos.
Para mantener el precio de la carne para el consumo se restringieron las exportaciones, lo que implicó una violenta reducción en el nº de las cabezas de ganado; en dos años el consumo se llevó los saldos exportables y, para recuperarlo, se precisarán de 5 a 7 años.
Este proceso de degradación productiva fue común en todos los órdenes.
Así entramos en un circuito de retroalimentación negativa del que debemos salir a cualquier costo, tal como lo hizo Alemania (con sus prácticas ordoliberales) y Portugal (con su durísimo programa anti-deficitario imposible de aplicar en la Argentina).
Al abrirse nuevos mercados, los que primeros se beneficiarán son aquéllos que requieren menos inversión para colocar sus productos (Granos, carne, pesca), los últimos serán aquellos tecnológicamente atrasados y calidad degradada por las políticas de “vivir con lo nuestro”.
No crean que es “soplar y hacer botellas”, deben desarrollarse políticas que afiancen el proceso exportador con una visión integral del problema.
Deben modificarse las cargas impositivas, las cargas sociales, los impuestos a la exportación, retención al campo, desarrollo en petróleo, gas, y minería. Se dice fácil pero no lo es por carecer de cultura del trabajo y producción, tener un sindicalismo corrupto y extorsionador poseedor de derecho de huelga diseñado como herramienta extorsiva y condicionadora de política interna y económica, una educación retrógrada y adoctrinadora para el populismo, políticos corruptos y antirrepublicanos, etc.
El camino está sembrado de obstáculos pero hay que recorrerlo en toda su extensión; después de tantos años de retraso, miseria, inflación y retroceso nos merecemos una oportunidad real.
Según los economistas el acuerdo con la
Unión Europea favorece al campo y las grandes empresas
El acuerdo alcanzado este viernes entre el Mercosur y la Unión Europea de "asociación estratégica" generó resquemores entre sindicatos y miembros de la oposición, y entusiasmo entre las pymes por la posibilidad de ingresar a nuevos mercados. Sin embargo, una consultora especializada ya advirtió que las grandes empresas y las agroexportadoras serán las principales beneficiarias de este acuerdo. Por el contrario, pymes e industrias se llevarán las de perder.
Se trata de Abeceb, la consultora que conducía Dante
Sica hasta pasar al frente del Ministerio de Producción, que precisó que:
"Los sectores que más chances tienen de aprovechar el acuerdo son aquellos
en los que Argentina se muestra competitivo actualmente. Así, en el corto
plazo, las mayores oportunidades se le presentan al sector agroindustrial y
pesca. Argentina tiene posibilidades de incrementar las ventas de productos
agrícolas, productos de molienda y carne bovina. También se abre una importante
oportunidad para diversas economías regionales, entre ellos frutas, miel, pesca
y algunas variedades de vinos".
“En general un acuerdo de estas características tiene más
chances de ser aprovechado por grandes empresas que por pymes. Para estas
últimas, la integración con la UE puede significar un reto, dado que cuentan
con menores recursos para insertarse en los mercados globales (la exportación
implica enfrentar costos fijos y desafíos que van más allá de superar una
barrera arancelaria) y hacer frente a la competencia”, aseguró también
el informe.
Por el contrario, la consultora identificó entre los
sectores más desafiados a los productos industriales. “En particular, los
relacionados a la metalmecánica, como ser la industria automotriz, los
autopartistas, las empresas productoras de bienes de capital y productos
metálicos. Aunque en menor medida, también podrían enfrentar mayores presiones
competitivas a mediano plazo, algunos productos químicos, tales como los medicamentos”.
En tanto que para
las pymes, el reporte señaló que: "la integración con la UE puede
significar un reto, dado que cuentan con menores
recursos para insertarse en los mercados globales (la exportación implica enfrentar costos fijos y desafíos que van
más allá de superar una barrera arancelaria) y hacer
frente a la competencia”.
En este sentido, la
Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), advirtió que "Nuestras mayores amenazas están dadas por el 'costo
argentino', la estructura impositiva, la financiera, la logística, etc".
Precisamente por el
posible impacto sobre las pymes, el ex secretario de Relaciones Económicas
Internacionales, Carlos Bianco, lo calificó de un "Pacto Roca-Runciman sin
carne" y Axel Kicillof prefirió denominarlo "tragedia" por su
impacto para el país. Sin embargo, el ministro Sica aseguró que esta clase de
afirmaciones y miedos "son por ignorancia" y destacó el valor de este
instrumento para atraer inversión extranjera y darle integración productiva a
la región.
Cabe destacar que este acuerdo internacional -al igual
que todos- deberá ser ratificado por los parlamentos de las naciones
involucradas para entrar en vigencia. Según estimó el mismo Sica,
"entre finales de este año y principio del año próximo, estará en proceso
de aprobación" de forma tal que "a principio de 2021 entre en
vigencia con plena efectividad", o más tardar el 2022. Como en el bloque
europeo Francia es el país más reticente, Macri se reunirá con el presidente
Emmanuel Macron el próximo mes.
El impacto para
Brasil y la Unión Europea
Por el momento,
juan-Cleaude Juncker, el presidente de la Comisión Europea informó que se
estima en más 4.000 millones de euros (unos 4.600 millones de dólares) al
año los ahorros en materia arancelaria que implicará el Tratado para las
empresas de la Unión Europea, cuatro veces los beneficios que significan un
acuerdo similar con Japón. Los sectores más favorecidos serán las automotrices,
la industria del calzado y la industria química por el lado de las manufacturas
de origen industrial (MOI) y, por el lado de las MOA, para los quesos y
lácteos, vinos, bebidas alcohólicas y dulcería.
A su vez, el equipo
económico de Bolsonaro calculó que el PBI brasileño podría crecer hasta 480.000
reales (unos 125.000 millones de dólares) en los próximos 15 años.
Por el contrario,
hasta el momento, el gobierno argentino no dio estimaciones oficiales del
impacto para el país. Sí subrayó que habrá entre diez y quince años para paliar
las asimetrías entre las empresas del Mercosur y Europa para que puedan
competir en paridad de condiciones.
"El acuerdo va en línea con una política pública que
apunta a transformar la configuración económica y sectorial de Argentina
potenciado a los sectores en los que el país posee ventajas comparativas y los
nichos donde argentina se ha mostrado competitiva, gracias al dinamismo,
adaptabilidad y eficiencia de sus empresas. A su vez, tiene en cuenta la
situación actual y la necesidad de contar con un plazo de adaptación para
aquellos sectores en los que este proceso requiera una reconfiguración de sus
productos, reduciendo los potenciales conflictos que se derivan de los acuerdos
de integración comercial".
Fuente
Lapolíticaonline.com
Lapolíticaonline.com
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